martes, 16 de julio de 2013

Mi Rompecabezas

En este laberinto que se llama vida voy con la mochila al hombro y especialmente ahora, en este tiempo de locos,  dentro va mi rompecabezas desarmado con cientos de piezas del fondo de mi alma, me miro, lo armo, lo desarmo,  y lo vuelvo a armar; algunas veces segura y otras veces con duda. Siempre con ganas. He aquí algunos pedazos de mi…

Mientras voy,
Sintiendo
Amando
Queriendo
Extrañando
Añorando
Creciendo
Peleando
Caminando
Volando
Aprendiendo
Viviendo.
Me gusta,
Abrazar
Besar
Oler
Apretar
Ayudar
Admirar
Mirar
Escuchar
Comer
Lo picante
Lo amargo
Lo dulce
Lo cursi
Lo tierno
El Romance
Lo suave
Lo real
Lo mágico.
Porque,
Tengo la sonrisa fácil
Pero me frunzo rápido
Me rio a carcajadas
Y miro de frente
Se llorar
Se jugar
Se amar
Me ilusiono
Me enamoro
Me desenamoro
Enloquezco
Sueño.
Y creo,
En Dios
En mi madre
En lo posible
Imposible
En lo justo
En el cambio
En hacer el amor y no la guerra.
Por eso me armo y me desarmo al compás de la música que me tocas destino, bailándote sin freno no se qué quieres pero voy con fuerza que hay días como hoy en los que tengo ganas de subirme al mundo para cambiarlo o comérmelo en el intento. Sobreviviéndome y venciéndome.

Te extraño así Maria Mercedes,

                                                f.- Maria Mercedes

martes, 2 de julio de 2013

El Juicio de un asesino.


El asesino espera temeroso el último juicio.
El tiempo ha sido cruel, inexorable.
Lo vienen a buscar, llego la hora.
El tic-tac del reloj lo atormenta y se distingue ante cualquier sonido.
Tiene la bruma espesa del miedo, nublándole el rostro.
Mira de frente, con los ojos apagados.
Con la altivez de la soberbia, ocultando su desdicha.
Camina en silencio, le va gritando su conciencia: “Asesino”.
Y las cadenas se le hacen más pesadas al andar, no soporta la condena.
Lento va, así como los años grises contados tras sus conquistadas rejas.
No quiere mirar hacia atrás. Se resiste a recordar.
Prefiere el olvido, se alimenta del rencor. 
Le resta la ilusión, entre el sueño y la realidad.
Remordimiento
Costumbre
Tristeza
Soledad
Dolor, cuanto puede pesar el dolor.
Tiene que soportarlo, no puede pararlo, lo tiene encadenado.
Maniatado y agotado, sobrevivir entre lamentos fue demasiado.
Porque el reo está cansado de llorarle a su víctima.
Aquel cadáver enterrado en el fin de los lamentos.
Sus lágrimas se secaron y se acabaron esperando.
Merecida espera, en la antesala de la sentencia, sabe lo que viene.
El acusado se siente ya condenado.
Culpable, inapelable, pena de muerte para el acusado.
Sin esperanza, vuelve a su celda.
Conversar con sus muertos de su desilusión, es su distracción.
Mientras se acerca el día, de ponerle rostro a su verdugo.
Y allí está, ella lo mira con compasión. La Santa Muerte viene a buscarlo su perfume está en el aire.
Lo besa en los labios, mientras expira su último aliento.
Se escucha como se terminan de rasgar los débiles retazos de un corazón.
La vida del asesino se extinguió. Se hizo justicia terrenal.
La envidia bailo un vals sobre su tumba. El mundo lo celebró.
Asesino y Victima se encuentran más allá del bien y del mal.
Perdóname Amor.
Su víctima le sonrió.
El Asesino era yo, mi víctima era el Amor.


"Le dije a mi corazón 
sin gloria pero sin pena 
no cometas el crimen varón 
si no vas a cumplir la condena"
A.Calamaro
24728-08