martes, 17 de julio de 2012

Si yo fuera un colibrí - Fragmentos de VITOVE 1945 - Capitulo 1

Victoriano y Mercedes
Hace mucho tiempo encontré una pequeña libreta que pertenecía al Dr. Miguel Victoriano Toledo Velez +, mi abuelito, el papá de mi papá. Eran fragmentos de VITOVE, que al parecer era su seudónimo al escribir. 
Estaban en una pequeña biblioteca, olvidados y fue lo único que tome cuando el falleció. 
Llamaron mi atención por ser escritos a mano y a lápiz, con trazos firmes, plasmados con una hermosa letra, que ni el tiempo pudo borrar. Son una selección de pensamientos, pequeños detalles de libros que leyó en esos años, pero también encontré un par de hojas sueltas a maquina de escribir con poesía firmada por el, y una copia escrita a mano de una carta de despedida de un antiguo amor. Las Fechas dicen 1945-1946.

Quiero pensar que el poema que voy escribir a continuación se lo dedicó al amor de su vida, Doña Mercedes Florencia Lituma +, mi abuelita. El quedó viudo muy joven, pero jamas se volvió a casar, siempre he creído que vivió enamorado de su recuerdo y se abrazó de este, hasta el día de su muerte. De esas historias de amores de antes, de siempre, que ahora bailan un vals en el firmamento. 



De fondo mientras escribo, toca una de las canciones que tanto le gustaban a mi abuelito Victoriano, (Sendas Distintas - Julio Jaramillo) porque aún se siente a veces su recuerdo, con ese hablar fuerte y pausado con acento de sierra, blancos cabellos sabios, cascarrabias con la dureza del alfa y el omega de la vida, y con destellos de ternura, que se mezclan con el aroma de Tabaco y Old Parr.

Abuelito no te enojes por publicar tus sentimientos mas íntimos, lo hago con mucho respeto y admiración, así lo hace tu primera nieta, aquella a que le pusieron el nombre de tu amada esposa y que le regalabas esas
muñecas de trapo que a veces añora.

                                                                                                   

Si yo fuera un colibrí.

"Si yo fuera un colibrí, 
desde el Puyango volara
y en tu ventana me hospedara
como invitado a tu santo.
Los cristales golpeara,
que me abras te diría 
y de rodillas pediría 
que me escondas con tu manto.


Si yo fuera un colibrí,
de los jardines cogiera
una flor de primavera 
para tu pecho perfumar.
Y de mis plumas brillantes 
un cofrecito tejiera 
para cuando me muera 
en él me vayas a enterrar.


Si yo fuera un colibrí, 
al comenzar la danza 
sería mi alabanza
la que escuches primero.
Mi predilecta serías 
vivándote siempre pasara
y sin que nadie notara
te diría que más te quiero.


Si yo fuera un colibrí,
de tus labios el vino quitara 
y las copas escanciara
para saber tus secretos.
Si al dormirme te sueño 
al otro dia te diría 
con insistencia y porfía 
soy tu esclavo y soy tu dueño.


Si yo fuera un colibrí,
del sillonsito vecino
con maña y con tino 
me saltara a contemplar
de tu cuerpo la hermosura
ante el día que amanece 
como un botón que florece
en la alcoba a reflejar.


Si yo fuera un colibrí, 
despacito me acercara 
rica miel depositara en tu
boquita en flor.
Y en tu oído suspirando
te rogara que me escuches
una queja si permites 
que soy huérfano de amor.


Si yo fuera un colibri, 
en tu seno me sentara
y llorando te lo contara
la triste soledad mía.
Que me escuches pidiera
con una sonrisa tuya
que mi vida no concluya
viviendo en tu compañía.


Si yo fuera un colibrí, 
a tu lado me durmiera 
y de ahí no me moviera.
Si me cogieras soñando
soy tu esclavo te diría 
hágase tu voluntad
acaríciame por piedad
que mucho te estoy amando.


Si yo fuera un colibrí,
entre cobijas me escondiera
para en la noche postrera
quedarme siempre a tu lado.
Por amarte me desvelo
eres la flor de mi vida
eres la ilusión querida
que me tiene obsesionado.


Si yo fuera un colibrí,
me entregara prisionero
en rejas de amor primero,
nunca pensara 
en volver a mi nido
ni alas, ni flores
no importa vivir cautivo
al Puyango de mis dolores
donde añorándote vivo."


VITOVE/.




Puyango: Bosque Petrificado, situado en Loja - Ecuador http://www.bosquepuyango.ec/es/











domingo, 1 de julio de 2012

La paciencia de la araña

Un caminante que se pregunta, quien pudiera tener la paciencia de la araña para tejer sin parar y volver a empezar al terminar.


Esa paciencia de la araña que hace realidad su pasión en una telaraña. Aquella paciencia sin tiempo, pero con sentido infinito en una mirada fija al mañana.


Bendita paciencia la de la araña, que va de la mano con su arte incomprendido, la razón del porque es un placer su tejido, que dolor su tortura, y que grande su fortuna al esperar con somera tranquilidad.


Es relativo el desgaste de energía al tejer su telaraña, bien pueda sentarse a tejer la araña, mientras espera su recompensa del mañana, porque no hay tiempo, no hay prisa, solo hay pura paciencia  y a ella le sobra.

La paciencia de la araña, es un efímero trabajo para ojos vacíos, tan valioso para miradas que buscan respuestas, paciencia que a veces permite vivir el día sin pensar en el mañana, paciencia que logra tener sentido cuando se llega a la meta, esa paciencia de la araña que pocas veces sobra y muchas veces falta.

La paciencia de la araña cuando observa a su presa, atrapada en un limbo de telarañas, sin tiempo ni relojes, buscando encontrar esa paciencia de la araña, para poder escapar del sin sentido, sin rendirse a su destino, sin saber que al desespero se agarra fuertemente a su prisión. Si la presa tuviera la paciencia de la araña podría escapar de la intranquilidad, pero esta destinada a su fatalidad.

Aquel caminante que busca encontrar la paciencia de la araña, con la vida de cabeza y las respuestas borrosas, se sienta en la vereda del camino a aprender a tejer, porque a veces es tiempo de dejar de añorar, otras veces es tiempo de sentir y otras veces es tiempo de desear, pero siempre es un buen tiempo para empezar a buscar un sendero ir y venir, esperar, sin desesperar.

Con la paciencia de la araña y la mochila dispuesta, ojala.