Entre este mi camino del alfa y el omega de la vida, me he detenido en el tiempo y me despojo
de todo lo que me cubre y me quedo mirando frente a frente con mi alma. Ella esta
descubierta y va sin prisa, con calma y me quiero tomar el tiempo para
recorrerla sin freno.
Ella ha decidido ignorarme y yo trato de caminar a su lado,
es difícil pues yo voy pedestre enraizada al suelo y ella va etérea con el
viento.
Ella va en silencio y yo voy hablando mucho, es que tengo
cientos de preguntas sin contestar y no puedo esperar a que empiece a descifrarlas.
Un ¿por qué?, varios tal vez, tres o cuatro quizás son parte del sin fin de mis interrogantes.
Pero ella sigue elevándose entre la luz, y yo solo veo
bruma, le pido que me espere y se detiene, ella luego se envuelve en
claridad y yo me arropo en tinieblas.
Ella sigue su camino pero yo quiero imitar el suyo, logro
dar rápidos y torpes pasos, pero quiero ir volando con ella. No puedo.
Se detiene, me mira con ternura, se sonríe, me ilumina y yo
la miro de frente, acusadora, altiva y orgullosa tratando de esconderme en
alguna sombra.
Mi alma me dice que es libre y yo le digo que estoy presa.
Ella se ríe, yo me enojo. Ella me ve inocente y se sonroja, yo la veo culpable
y me enciendo. Cada una ve el reflejo de la otra, pero ella no entiende el mío
y yo menos el de ella.
Ella quiere seguir su vuelo pero yo la necesito conmigo, le
he pedido que se quede. Se detiene suevamente, pero la sujeto con el ímpetu y el desdén de una
condenada, me dispongo con todas mis fuerzas a secuestrarla. Estoy lista para una
batalla campal y ella solo suspira me extiende su mano, para luego en un susurro decirme al oído que no es
necesaria la guerra. Ella me dice que es parte de mi, me cuenta que la vida se
lleva mejor con calma, que no vale la pena ir de prisa, que la vida es complicada, es espinosa, es pesada, pero que debo aligerar las
cargas, que las penas se sueltan y las sonrisas se agarran, que seguiré
teniendo siempre más preguntas que
respuestas, pero las tengo que ir aprendiendo mientras vuelo, por eso no debo olvidar como volar. La pista siempre
estará lista para despegar, y a veces los aterrizajes serán forzosos pero siempre
abran nuevos vuelos que planear, al son de un sol rojo o de una luna azulada.
Cuantas ganas tengo de volar.
He podido encerrarme con
ella, en una burbuja de cristal para estar solas, quiero conocerla, quiero entenderla quiero
fundirme en un abrazo con ella, lo logré, lo logra, lo logramos. Ella quiere
jugar, yo también, ella quiere reír, yo también, ella se ha dispuesto a volar y
yo también.
Firmamos las dos con una sonrisa, la misma de siempre.