Si fuera hombre mi mundo sería diferente? Pregunta loca, de
esas que me surgen en las noches interminables de pensar en la inmortalidad del
cangrejo. Y llovieron las respuestas de esas que me aceleran los latidos. Tanto
que es un escrito hecho en dos partes, la primera preguntándome que me falta y
la segunda cuando me animé a decir que tengo y que me encanta.
En mi otra realidad hubiera agarrado una mochila a los
quince y recorrido mi país sin freno, ya hablaría quichua. Aún no termino de
recorrer, quiero más.
Mi primer beso hubiera sido en el kínder, a los cinco y a
escondidas, no a los dieciséis a escondidas.
No sería un gran deportista, pero hubiera aprendido yudo, no
me gustaría el futbol, pero si el surf y de vez en cuando acamparía. Buscaría
siempre nuevas playas y montañas. Amo nadar, y ahora intento practicar
capoeira.
Hubiera usado el pelo largo, aunque ya me lo hubiera rapado
un par de veces, no usaría barba porque les pica a las mujeres lindas y también
me hubiera tatuado más de una vez. Sería buen bailarín de salsa y estaría
iniciando tango. Lo contrario de ahora de no cortarme el cabello, haberme llegado
a hacer máximo un pearcing luego de poner en jaque a mi mamá, y ser amante del belly dance, tal vez una
odalisca sin gracia o una guerrillera que baila, da igual porque me
encanta.
Antes de entrar a la universidad me hubiera ido vivir a algún lugar de un país de esos
extraños, de los que nadie visita, a
enseñar a los niños a hablar español y donde queda Ecuador. Pero ahora recuerdo
que si me fuí al otro lado del mundo y que los niños me hablaban en cinco
idiomas diferentes, ahhhh aún no olvido Marruecos.
Me hubiera enamorado locamente en un día o en un verano pero
no hubiera roto ningún corazón. Mejor esto no lo pienso mucho porque casi
segura soy culpable, pero eso que lo decida el jurado. Ahhhh que importa los
amo a todos.
Me enamoraría de unos ojos bonitos, una mirada que tire a
quema ropa al pestañear, una sonrisa coqueta, unas caderas que bailen árabe y
un cerebro con ideas. No hablaría con mujeres fáciles, me gustaría conquistar a
las complicadas es decir me enamoraría de todas aquellas que brillan en la
oscuridad. La realidad es que me describo, lo lamento, no puede ser de otra
manera.
Me disfrazaría de fauno que regala rosas de tallo largo con
espinas, escribiría un poema diario y hubiera aprendido a tocar armónica o guitarra
para ponerle música a mis letras y tocarles una canción a las ninfas al final
de la noche, dibujaría con mis dedos sobre su piel, su espalda sería el mejor
de los lienzos. Intento aterrizar este párrafo de amor en los tiempos del cólera,
a la época del perreo sucio, pero no
puedo sigue demasiado cursi.
Me hubiera graduado de la universidad no sin antes haberme
enamorado de una mujer mayor que me enseñe como ser un buen amante, pero antes
me hubiera leído el Kamasutra entero
para practicar el Tantra sin miedo. Ella
hubiera sido insoportablemente inteligente y eso me haría admirarla y reflejarme
como espejo. Lástima me siguen gustando los hombres menores que parecen mayores,
no hay un prototipo físico, aunque la tendencia radica en los ojos, cejas, miradas
que hablen, sonrisas que contagien. Lo triste es que sufro de una rara
enfermedad incurable, que dificulta el proceso, soy Sapiosexual. (Persona que
se siente atraída por la inteligencia de otra, más que por su apariencia
externa). El Tantra ya lo leí.
En todo caso sería todo un Don Juan pero con corazón. Pero usaría
la coquetería, manejaría mejor mi carácter, dejaría de amenazar con comerme corazones en salsa de tomate porque no lo cumplo, sería fiel, sería leal, sería
igual pero mejor.
También leería un libro por semana y lo regalaría después
esperando que caigan con el lector indicado. Me demoro mucho más de una semana,
tengo varios esperándome en este momento.
Supiera lo que es sentarme a leer en una playa nudista, me
hubiera bañado con tiburones y me hubiera lanzado en paracaídas. Ya me lance en
parapente y fue de las sensaciones que hay que repetir, el resto sigue en la
lista, no superare el complejo de sirenita, y lo único que llevare a mi playa
nudista con tiburones, es un libro y una cadenita con un dije de estrella de mar.
Trabajaría en algo que me guste que me hiciera sentir más
humano. Seguiría con las mismas ganas de cambiar el mundo y hubiera hecho más o
tal vez menos. Cuando hago lo que me gusta no me pagan con dólares, casi
siempre me gano muchas sonrisas, que me las guardo para que me levanten para
cuando me faltan las mías. Trabajo por dólares, pero soy millonaria en
sonrisas.
A estas alturas manejaría un Jeep de lunes a viernes y el
fin de semana escaparía a algún pueblito donde solo se camine y se maneje bicicleta, tiene que tener playa y rojos atardeceres.
Mi bien más preciado sería una cámara y no me perdería de imprimir ninguna
foto. No tendría celular y aprendería bricolaje. Pensando seriamente en
abandonar el celular, hacer un trueque por una cámara y visitar más seguido Ancon, seguro tengo compañera, vamos Mami?
Visitaría las cárceles para intercambiar historias con los
presos y darles algo de libertad. Aun no decido como hacerlo podría empezar con
una cárcel de mujeres.
Construiría con las manos, con las palabras, compartiría mis
sueños y mis anhelos. Volaría cometas en el parque. Soy un desastre con las
manos, solo puedo escribir. Amor, me haces una cometa cuando llegues a mi vida por favor.
Llenaría de joyas a mi Madre y le hubiera construido yo
mismo un altar para que rece sus rosarios, le hubiera enseñado a pescar a mi
hermano. Ya hubiera escrito la biografía interminable de mi Padre y hubiera
plasmado en un cuento el único amor con final feliz que conozco, el de mis Abuelos.
Mis prioridades impostergables.
Si hubiera nacido hombre hubiera vivido mi vida igual, con
los mismos errores pero con más libertades y estaría escribiendo esta noche:
“Si hubiera nacido Mujer” aunque ya lo haya plasmado sin género, sin identidad,
en este papel.
Sin tiempo,
Sin orden,
Con ganas de esto,
Con ganas de más.
Comenzamos otra vez.
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